La fiesta está en su punto álgido. Son las 2.30 de la madrugada del sábado, en la noche del 16 al 17 de diciembre, y dos salas se presentan abarrotadas de jóvenes, que bailan, beben, disfrutan. Hablamos de las discotecas Cocoa, en Mataró (Barcelona), y Ghetto, en Las Rozas (Madrid). De pronto, el apagón. Una pantalla gigante retransmite un anuncio que puede cambiar la vida de los jóvenes. "Me llamo Carlos Rubio, tengo 30 años y llevo 2 años un mes y cinco días en la cárcel. Estoy aquí porque casi mato a dos personas y a una tercera la maté..."
|
etiquetas: alcohol , conducción , carlos rubio , cárcel