El paso por el talent show, después de tres meses metidos en una casa con Síndrome de Estocolmo y profesores que ayudan a los concursantes como buenamente pueden para enfrentarse a los lobos del jurado, conlleva una serie de ventajas en el momento. Después dependerá del talento o la suerte de cada ganador para seguir dedicándose a la cocina cuando se apagan los focos.
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