El estudio tiene como objetivo descubrir si los microbios intestinales participan en el desarrollo de la enfermedad. Los científicos han inducido las características distintivas del autismo en ratones al darles trasplantes fecales de humanos con esa condición. Los animales que recibieron trasplantes fecales de niños con autismo se volvieron menos sociables y desarrollaron conductas repetitivas. En contraste, los ratones genéticamente idénticos que recibieron trasplantes de personas sin autismo no se vieron afectados por el procedimiento.
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