“Hay mucho sexo. He visto gente practicándolo al aire libre, en la hierba que hay entre los edificios, dice Hope Solo, portera de la selección femenina de Estados Unidos. “La villa se convierte en el centro del sexo más grande en el que he estado nunca, algo salvaje”, indica el bracista Eric Shanteau. Los organizadores saben como se las gastan los olímpicos en estas juergas. El COI se ha echado la manta a la cabeza y ha distribuido 450.000 condones para promocionar el sexo seguro en la Villa Olímpica.
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