Fara y su madre se presentaron en el Hospital Comarcal de Melilla el pasado jueves. A la pequeña, de un año y medio, le han diagnosticado hace poco un cáncer de riñón y su madre, desesperada, fue a urgencias para que pusiesen en tratamiento a su hija. ¿El problema? Que las dos son marroquíes, y el servicio de salud solo atiende a extranjeros cuando se trata de “patologías de urgencias”. Cuando llegó, la policía local separó a Fátima de Fara. La primera fue derecha al calabozo, donde pasó la noche, y la segunda a un centro de menores.
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