El secreto para mantener estos precios, explica Miguel, «es elaborar platos sencillos, pero caseros. Paellas de carne, lomo a la plancha, en general, platos en los que los productos no sean excesivamente caros. Además, procuramos ajustar mucho los precios». El bajo coste del menú se complementa con el beneficio obtenido de las consumiciones extras de los clientes, «al final, vienen y piden chupitos, cafés, una cerveza para antes de comer. Hacen sobremesa. Todo eso va sumando».
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