"Más o menos me enseñaron lo mismo que lo que los obispos y el Gobierno han dispuesto para los alumnos actuales de Primaria, Secundaria y Bachillerato. El sentimiento de culpa y el concepto de pecado me acompañaron hasta bien entrada la juventud. Un libro clandestino, una película inesperada, un amigo lúcido, me hicieron comprender la mentira en que había vivido. Pero el ambiente era el mismo y la sociedad aceptaba la situación. España ya se dividía entre creyentes honestos, creyentes farsantes o acomodaticios y algunos agnósticos o ateos...
|
etiquetas: religion