Tras analizar lo acontecido durante 2020 y lo que llevamos de 2021, hemos observado el efecto que tiene el congelar el radio diario de nuestra movilidad sobre el número de víctimas por COVID-19: sistemáticamente, desde el inicio de la pandemia, siempre que ha bajado el radio de movilidad la cifra de muertes ha bajado unas semanas después. Y cuando ese radio de movilidad ha subido, la cifra de muertes también lo ha hecho unas semanas después. Dada esta observación empírica, la recomendación más natural es que para prevenir es bajar la movilidad
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Por ejemplo, comparemos lo ocurrido en Barcelona con la Comunidad Valenciana: Mientras que el pico en la primera ola fue tres veces mayor en Barcelona, es ahora la Comunidad Valenciana la que sufre un altísimo número de fallecimientos en esta última ola. Al comparar la evolución de la mediana del radio de movilidad podemos ver como Barcelona llegó a reducir su movilidad por debajo del valor crítico, mientras que en la Comunidad Valenciana se mantuvo siempre por encima, y por tanto las víctimas por COVID-19 no dejaron de crecer desde verano culminando en la situación actual