Los estudios sugieren que la mayoría de las personas que hacen la transición a otro género no tienen dudas y lo hacen convencidos. Pero Ellie y Nele pertenecen a ese pequeño porcentaje de personas que después del proceso, vuelven a plantearse si están a gusto con su nueva identidad. Ambas se sometieron a un tratamiento con testosterona para volverse más masculinas y se extirparon los senos en sendas cirugías de mastectomía doble. Ahora han desandado el camino y viven de nuevo como mujeres, el género que les asignaron al nacer.
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