En contraste con las miles de urbanizaciones y promociones de pisos sin inquilinos a consecuencia del pinchazo de la burbuja, hay promotores y constructores que han conseguido reinventarse antes que morir. Unos, reorientando el negocio hacia el mercado de alquiler, y otros, desistiendo de grandes márgenes de beneficios y de hacer construcciones a doquier. “Hemos renunciado a especular”, afirma Pau Castro, cogerente de la promotora Corp, que en tan solo un fin de semana ha logrado vender sobre plano medio centenar de pisos en Badalona.
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