El proceso casi siempre es el mismo: entras a charlar en un grupo de discusión o un "chat" y alguien se fija en tí. O tú en alguien. Pronto llegan las conversaciones privadas, después las llamadas telefónicas y, si eres valiente, alguna cena. ¿Por qué lo llaman cíberamor cuando es tan bueno como el otro? Un delicioso artículo de Mercé Molist.
|
etiquetas: internet , sociedad , amor