Empezaremos este artículo con un dato preocupante. Si pones “tetas” en Google, los 3 primeros resultados son sitios de pornografía. Empezamos mal. Este puede ser un buen punto de partida para hablar de la ola de reivindicaciones feministas que se alzan en contra la sexualización, la censura y la idealización del pecho femenino. Tres conceptos que hacen que esta parte de nuestro cuerpo ejerza tantísimo poder sobre nosotras, llegando a acomplejarnos a niveles que nadie, por supuesto, sabe. Porque si hay algo que reina en esto, es el silencio.
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