Los siete reactores españoles tienen una potencia instalada de unos 7,4 GW y no dependen de factores meteorológicos. Por eso, cada uno opera unos 8.000 horas anuales, cuatro veces más que una central renovable, que lo hace unas 2.000. La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico insiste en que se cumpla el calendario de cierre progresivo de los siete reactores españoles entre 2027 y 2035. “España no puede permitirse el lujo de perder una energía baja en carbono, estable y no dependiente”, según la SNE
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