Ante esta campaña de acoso, el Restaurante Marinella pide apoyo para frenar esta situación. «Yo he arrendado este local y trato de ganarme honestamente la vida. He comprado un piso en Barcelona. Pago mis impuestos religiosamente. Y ahora me tortura una campaña contra mi negocio que me supera. Pido públicamente apoyo», explica en el digital.
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