Es un fenómeno en estudio, sólo en 2015 se hicieron público 63 casos. Pasa también con los gatos que prefieren comerse principalmente los labios y la nariz. La explicación más simple es que si no encuentran recursos para comer, recurren a comerse su dueño pero se sabe también de casos en los que el perro comienza a comerse a su amo justo después de que este muera. En el 24 % de los casos de 2015 esto ocurría en menos de 24 horas pese a que todos ellos tenían comida disponible. En todos los casos había buena relación entre el dueño y su perro.
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