Sucedió en Washington DC (Estados Unidos). El señor Gregory Scott Hinkle se disponía a embarcar en un vuelo doméstico a primera hora de la mañana. Después de presentar su billete, hace la cola y espera pacientemente su turno para el control. Pone su equipaje de mano en la cinta, saca las monedas del bolsillo y las coloca en la canastita. No lleva líquidos. Pasa por el arco y no suena. Recoge sus pertenencias y sigue a la sala de espera. Cuando se dispone a dar cuenta de un grasiento dognut, se da cuenta que lleva encima su arma, cargada.
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