Malinterpretados por las masas, explotados por el cine y los libros, perseguidos por las autoridades, y en muchos casos contratados por aquellos que los perseguían, los hackers siguen envueltos en un injusto manto de oscuridad dentro del mundo informático. Pero si sus extraordinarias habilidades fuesen expuestas al público de forma comprensible y por qué no estimulante, su reputación como delincuentes digitales quedaría hecha trizas.
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