El matrimonio ha llevado a la Junta a los tribunales precisamente por no permitirles conciliar la vida familiar y laboral. Su problema, muy sencillo: a ella no le autorizan adelantar 30 minutos su jornada para que pueda llegar a casa y quedarse con las niñas antes de que él se incorpore por la tarde al trabajo. «El que tengamos que pasarnos a las niñas en el trabajo hace que parezca que estamos divorciados o enfadados», señala María José, quien añade que les gustaría tener un tercer hijo, «pero con esto nos lo estamos pensando».
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