Un museo que nació desde la sociedad civil, por iniciativa personal de su fundador, Jordi Clos Llombart, quien no dudó en compartir su pasión con los barceloneses.
Como curiosidad, más de una docena de sus piezas están reclamadas por Egipto. No todo fue cosa de la pérfida Albión, aunque hace unos años restituyeron algunas de la necrópolis de Saqqara.
Vale la pena apuntarse a sus cursos y conferencias.