Los niños pequeños con autismo tienen más plomo y menos zinc y menos manganeso que los niños de la misma edad sin autismo. Los resultados sugieren que una diferencia en la exposición temprana a metales o quizá aún más importante, en cómo los procesa el niño, pueden incrementar el riesgo de desarrollar autismo. Las diferencias en la incorporación de metales entre los niños con y sin autismo eran especialmente notables en los meses justo antes y justo después del nacimiento. Las exposiciones ambiental y alimentaria a metales son posibles factores
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