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Memoria política y dignidad colectiva

Federico García Lorca no está donde siempre se creyó. Una parte de la España negra que lo mató anda estos días de algarabía por el fiasco de la localización de sus restos. Nadie busca venganza, ni perseguir a los culpables si es que alguno queda vivo, pero es hora de que este país se enfrente a su historia, conozca los horrores cometidos y se pida perdón mutuamente por los excesos. Lo importante no es encontrar el cuerpo, lo transcendente es no dejar de buscarlo.

| etiquetas: lorca , guerra civil , fosas comunes , memoria histórica

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