Este mágico alineamiento ocurre tan sólo dos días al año (29 y 30 mayo) y es visible en las cuadrículas que van de las calles 14 a la 57, pero la vista crepuscular por excelencia es la de calle 42, desde el observatorio de Naciones Unidas o entre los neones de Times Square. Durante quince minutos, el sol encaja prodigiosamente en los cañones de Manhattan y las ventanas lo envuelven todo en una indescifrable bruma amarilla. Genial
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