Las ballenas sufren también la caza, las colisiones, el ruido y más factores como la contaminación, la sobrepesca. Pero el ruido es uno de los peligros más invisibles para las ballenas. El ruido es a veces un asesino silencioso, porque nos cuesta probar cuándo el ruido es el causante de alguna desgracia. Por ejemplo, se han dado muchos casos de ballenas varadas en las playas de Canarias en los que se ha podido establecer una relación con el sónar de los barcos. El estrés que provoca el ruido es invisible.
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