El jerarca policial refirió que el delincuente se había puesto unos lentes de sol -parte de su fallido botín- y se había parado en la vidriera pretendiendo pasar por un maniquí. El caco sostuvo su impostura todo el tiempo que pudo, permaneciendo inmóvil y silencioso ante las preguntas de los agentes. Sin embargo, enfocado de cerca por una linterna, no pudo evitar mover el rostro. "Una vez que se estuvo seguro de que se trataba una persona se la redujo y se lo traslado a la comisaría", agregó el comisario.
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