Jenny Fry, una estudiante de 15 años de la escuela Chipping Norton de Oxfordshire, en el Reino Unido, se suicidó el pasado mes de junio desesperada por las múltiples reacciones alérgicas que le ocasionaban las ondas del WiFi de su centro escolar. Su cuerpo fue encontrado ahorcado en un bosque cercano a su casa en la localidad de Chadlington.
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