Quienes cuestionan que las sanciones estén funcionando lo tienen cada vez más difícil. En general, las sanciones tienen una doble función: señalar y presionar. El señalamiento muestra nuestro rechazo a la conducta de un estado que comete violaciones de la ley internacional y ataques deliberados a ciudadanos e infraestructuras civiles. Y evitando en todo momento entrar en guerra con Rusia, nuestra presión está dirigida a forzar un cambio de dicha conducta mediante la erosión de los medios económicos y tecnológicos que la sustentan.
|
etiquetas: opinión , borrell , ucrania , rusia