En España, el IPC escaló en julio hasta el 10,8%, la mayor subida registrada desde 1984. La subida de los precios, que inicialmente afectó a las materias primas, se ha propagado por toda la cesta de la compra. Hasta el punto de que un tercio de los bienes y servicios que adquieren los hogares soporta una inflación de más de un 10%. Pero es todavía peor entrar en un supermercado. Los alimentos se han convertido en el gran motor de la inflación en las últimas semanas. La subida de los costes de producción, sumada a la sequía y al cierre de Ucrani
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