La concentración convocada ayer por el tripartito con el que gobierna Ibarretxe (PNV, Eusko Alkartasuna y Ezker Batua) y Aralar se quedó en mucho menos de lo que esperaban los organizadores. Una decepción que se agrava si se tiene en cuenta que se planteó como una alternativa popular a la consulta ilegal que pretendía convocar el lehendakari. En total, 21.000 personas, según las cifras de la organización, se congregaron en las seis ciudades donde estaba programado el acto. Algo menos del 1% total de la población vasca.
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