Cualquiera que viviera aquella época podrá decir que la comunidad minera tenía un gran sentido solidario, muchos de aquellos mineros fueron torturados y encarcelados, y alguno de ellos desterrados. Pero los mineros no se echaron para atrás, resistieron a pesar de que las consecuencias. Más de 40.000 mineros, varios miles de siderúrgicos y unos 15.000 trabajadores gijoneses de diversos sectores acaban tomando parte en los paros, que adquieren por primera vez el carácter de una huelga general, la primera huelga general.
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