La biografía de Gambín no se entiende sin la Cataluña de finales de los 70, cuando la CNT amenazaba con resurgir como un sindicato duro y con ganas de hacer prevalecer los derechos de los trabajadores y la supremacía social ante el capitalismo franquista y tecnocrático. La Moncloa, ocupada entonces por Adolfo Suárez, estaba inquieta por la fuerza con la que se retomaba el anarquismo en Cataluña. De hecho, el ministro de Gobernación de entonces lo ejemplificaba con una frase: «Tenemos dos problemas, ETA y el Baix Llobregat».
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