La mayor parte del Polonio 210 deriva de los fertilizantes fosfatados que se utilizan en las plantaciones de tabaco. La planta absorbe con sus raíces el Polonio 210 del suelo y lo almacena en sus hojas donde este isótopo radiactivo permanece a través de todo el proceso de secado e industrialización. Debido a la temperatura de combustión del cigarrillo (600 – 800º C) el Polonio 210 se volatiliza y se inhala en parte en forma de humo y en parte en forma de partículas que se depositan rápidamente en los tejidos del aparato respiratorio, sobre todo a nivel de las bifurcaciones bronquiales. Los filtros del cigarrillo capaces de retener algo de alquitrán y otros agentes carcinogénicos químicos son completamente ineficaces contra los vapores radiactivos por lo que el Polonio210 se deposita en los pulmones del fumador. Y otra parte queda, claro está, a disposición de todo aquel que aspira el humo ambiental.
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Se emplean para todo tipo de cultivo no solo tabaco. El polonio 210 radiactivo tal vez sea más mortal fumado pero el muerto de la película de espías lo fue por ingerirlo.