“¿Eres una chica tan encantadora. ¿Por qué no estás casada?”. Esa es la pregunta que la artista estadounidense Suzanne Heintz ha tenido que escuchar en multitud de ocasiones por estar soltera y sin hijos. Cansada de que la hicieran sentir como una “solterona”, Heintz decidió comprarse una familia de plástico. Dos maniquíes se convirtieron en su marido y su hija.
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