Cuando Paul Cuisset se puso manos a la obra con Flashback, posiblemente no era consciente de estar creando uno de los mejores juegos jamás desarrollados para la industria del ocio electrónico. El título de la extinta Delphine Software, es a los videojuegos lo que Bladerunner al cine o Neuromante a la literatura. Una oda al cine futurista de finales de los 80, con una ambientación y diseño de niveles exquisitos. Una apuesta que demostró que Europa también podía aportar grandes joyas al mundo del videojuego.
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