Lo que le ocurrió a Felip Puig el pasado 16 de enero es la historia del cazador cazado. En señal de protesta por los recortes, varios Mossos habían organizado ese día controles de tránsito aleatorios, provocando grandes atascos y viéndose atrapado en uno de ellos el coche oficial de Felip Puig. Cuando éste vio una patrulla, se bajó del coche y les pidió explicaciones. No convencido por las explicaciones y al ver que no estaban identificados, les exigió que lo hicieran. Fue el propio Puig quien en su día defendió el derecho a no ir identificado.
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