En el pasado el honor era considerado intocable e incuestionable, era una especie de hoja de papel sagrada que poseía cada persona y en la cual nadie podía escribir algo negativo. Tanto así que si se encontraba en juego el honor de la persona, la respuesta era inmediata: se arrojaba el guante y sólo había que concertar fecha y hora, escoger el terreno y las armas, y nombrar a los padrinos. Pero como en todo siempre aparecen las anécdotas y las siguientes son algunas que me encontré por ahí sueltas … By Master Mezvan
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