¡Thalassa! ¡Thalassa!, el legendario grito de emoción que profirieron los mercenarios griegos cuando vieron el mar, que podía poner fin a su penosa retirada por tierra persa devolviéndoles a su patria sanos y salvos, es ya una frase clásica que metaforiza a ese mundo heleno tan vinculado al gran azul y muy bien podría servir de subtítulo a la obra en la que Jenofonte la inmortalizó, Anábasis. Pero, aunque narrado en clave literaria, su relato es histórico y él mismo no hace sino contar su experiencia personal, ya que tomó (...)
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