Esas cuatro líneas, que no necesitan ser adaptadas a la legislación de diferentes países porque no dan lugar a equívocos ni interpretaciones, son el texto más revolucionario de nuestra época porque establecen una economía que no protege al creador, ni al usuario ni a la industria sino que sólo protege el código. Su genialidad es que, garantizando la libertad del software, todos se benefician sin estancarse, amordazarse o aprovecharse unos de otros. La libertad nos hace libres, no la verdad. A nadie le importan las intenciones del programador...
|
etiquetas: gpl , gnu , software libre , diario turing