Haz memoria: en los últimos días, ¿cuántas veces has sentido ese molesto chispazo al salir del coche? ¿Cuántos calambres te ha dado tu pareja al besarla? ¿Y notas que tu pelo está extrañamente erizado? No te preocupes, no es un problema de su coche, ni de su pareja ni de su pelo. Pregunta en tu oficina o en tu casa; seguramente le habrá ocurrido lo mismo a muchos de tus conocidos.
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