Aida Kasymalieva, la parlamentaria más joven de Kirguistán, se sorprendió cuando sus colegas abandonaron mientras hablaba en una sesión sobre asuntos de la mujer en una nación plagada de violencia doméstica, matrimonio infantil y secuestros de novias. Kasymalieva sabía que estas cuestiones no eran una prioridad en el parlamento pero se sorprendió por la total indiferencia hacia los problemas que afectan a las mujeres. En el momento en que se comenzó (sobre cuestiones de género) todos los hombres en el pasillo se levantaron y se fueron".
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