El lenguaje es un espejo de nuestra personalidad y la manera en que lo usamos -a veces maltratándolo- refleja nuestras virtudes y miserias más entrañables. La manera de comunicarse en el MSN habla de las personas y de aquellos con quienes se contactan. El que sigue es un desarrollo sin pretensiones academicistas de los diferentes tipos de chateadores (damas y caballeros) que pululan en el universo virtual que integra mi nuevo libro, “Enredados – Sexo, Humor y Amor en la Web” (Ediciones B), un divertido manual para levantar por Internet.
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