Parece ser que el hombre detuvo su vehículo en un lugar seguro y decidió acercarse a la patrulla para preguntar por el límite de velocidad en esa zona. Tras recibir un par de contestaciones "secas" por parte de las autoridades, el conductor perdió los nervios y pagó su descontento con el radar situado en el arcén, destrozándolo a golpes contra el quitamiedos. Rápidamente los agentes salieron de su coche para detenerlo, pero ya era demasiado tarde, el aparato ha quedado completamente inservible.
|
etiquetas: conductor , radar , velolaser , tráfico , agentes