Nos llegan una escalofriantes imágenes tomadas por la cámara fija de salpicadero de un conductor un pelín cagaprisas, pongamos que se llama Dimitri. También podemos llamar a este artículo la fábula del cagaprisas, del pisafrenos y del listonto. Nos encontramos ante una situación de tráfico denso, donde no hay una gran ventaja de tiempo adelantando a ese Infiniti, pero bueno. El conductor del Infiniti se para y baja con intención de increpar a Dimitri, pero sus ojos ven que ha sido una mala idea. El desenlace es de todo, menos previsible.
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