Un estudio realizado en EU mostró que la piel de los ratones dispone de unas células “con memoria” que proporcionan una protección rápida y duradera contra las infecciones cutáneas ya sufridas, según la revista Nature. Las llamadas “células T de memoria” pueden ser circulantes -es decir, que se encuentran en la sangre y en los nódulos linfáticos-, o localizadas en un tejido específico, y ambas se generan una vez que el cuerpo ha detectado la existencia de un agente infeccioso.
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