Un funcionario de prisiones se convierte en diana de ETA al conocerse su nombre a través del Boletín Oficial del Estado, donde figura una sanción disciplinaria. El nombre de un ciudadano se asocia para siempre al destrozo de un monumento, a pesar de que pagó por él y ya ni figura en sus antecedentes policiales o penales.
|
etiquetas: lopd , proteccion de datos