“En la colegiata solo eran posibles las obras de acondicionamiento, restauración y mantenimiento. El resto estaba prohibido. Y se hicieron demoliciones, redistribución de espacios y ampliación. Se levantó un piso y se horadó el suelo para hacer otro nivel. Las obras realizadas son ilegales de todo punto y propósito”, asegura Fernando Jabonero.
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