María de Miguel jamás pensó que dejaría su parroquia de toda la vida por la puerta de atrás. "Como no enseñamos a rezar, no tenemos cabida en la Iglesia", explica la presidenta de la asociación 4K, que, tras más de una década organizando actividades para los chavales del barrio, ha tenido que disolverse por la falta de un local donde poder continuar con sus actividades.Actualmente el centro atendía a 80 familias.
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