Tal y como ha reconocido a LadBible, lo primero que llamó la atención de la familia de Su Yun fue lo que comía: cada día se tragaba una caja de fruta y dos boles llenos de fideos. El supuesto mastín comenzó a subir de peso y "cuanto más crecía, más se parecía a un oso". Pero cuando su mascota superó los 115 kilos y su aspecto ya era el de un oso, la familia decidió llamar a las autoridades. Después de algunas pruebas llegó la confirmación: Su Yun y su familia no habían estado criando a un mastín tibetano, sino a un oso negro asiático.
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