Investigadores de la Universidad Johns Hopkins (Maryland) han creado tuberías microscópicas del tamaño de una millonésima parte del ancho de un cabello humano. Y no solo son pequeñas, sino muy confiables y a salvo de fugas. En concreto, están construidas con nanotubos que se ensamblan y reparan por sí mismos y pueden conectarse a diferentes bioestructuras. La fontanería más pequeña del mundo podría algún día canalizar medicamentos a células humanas individuales.
|
etiquetas: tuberías microscópicas , construidas con nanotubos