Las hojas de la zanahoria se asoman entre la tierra, las lechugas están frondosas, la cebolla de verdeo ya tiene buena altura: las verduras crecen en la huerta de la escuela secundaria Número 56 de Burzaco. Y mientras echan raíces los vegetales, la violencia en el aula se fue terminando. Una muestra acabada de cómo la madre naturaleza puede educar los malos hábitos humanos. La huerta permitió también vincular la tierra con las horas de clase. En Matemática se analiza qué porcentaje de agua necesitan los tomates para crecer...
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