A. y E. son una pareja de chicas que se quieren casar. Su boda, si nada extraordinario ocurre, será a mediados de noviembre, en el distrito barcelonés de Sarrià. La oficiará un concejal diferente al que, por el turno de rotación propio de la Administración, le correspondería. Óscar Ramírez, concejal del Partido Popular y presidente de dicho distrito, alegó “objeción de conciencia” para no realizar la ceremonia.
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